lunes, 17 de marzo de 2014

MOISÉS DOMÍNGUEZ NÚÑEZ: Basil Gee, la Associated Press e imágenes inéditas de la “matanza de Badajoz”

A REME, EL AMOR DE MI VIDA

ODE TO THE DEATH OF PAN
Comes a voice across the waters, Calling crying o´er the waters “Pan is dead !”
And a whisper from the forest , Moaning sighing though the forest “Pan is dead !”
Fauns and dryads, through ye seek him .Though ye call his name and seek him “ Pan is dead!”
He is not among the vineleaves , Hiding there beneath the vineleaves : Pan is dead
Mourn ,oh, mourn ye forest creatures .Wail aloud .O forest creatures “Pan is dead!”
Never more ye´ll here him piping. Hear him laughing through his piping : Pan is dead –is dead
Poema de BASIL REDPATH GEE
Basil Gee en 1935
Basil Gee en 1935
 

Cuando empecé el estudio sobre los corresponsales que cubrieron la batalla de Badajoz y la posterior represión nunca llegue a pensar que fueran tantos los periodistas, reporteros gráficos y cameramen que cubrieron aquel lance.

Al día de hoy y con perspectiva resulta irrisorio contemplar cómo algunos literatos e historiadores se quedaron anclados en los reportajes de Marcel Dany, Jacques Berthet y Mario Neves. El estudio de las reportajes, imágenes y fotogramas –incomprensiblemente- no había sido abordado por el mundo académico “funcionarial” extremeño y esa laguna fue cubierta por Francisco Pilo, Fernando de la Iglesia y más modestamente por el que suscribe con La Matanza de Badajoz ante los Muros de la Propaganda (Madrid: Libros Libres, 2010). Pero es que aun siguen apareciendo más nombres que añadir a la larga lista de corresponsales extranjeros que entraron en Badajoz en Agosto de 1936.
Resulta cuando menos intrigante que no se pusieran en contradicción las distintas versiones periodísticas de los que la historiografía militante y oficial ha dado en llamar “la matanza de Badajoz”.

Si hubieran hurgado un poco hubieran descubierto que no fueron solo Dany, Berthet y Neves quienes entraron en Badajoz sino que hubo una pléyade de corresponsales que dieron otras visiones de aquella tragedia y que la suma de todas las crónicas permite al investigador y al lector que esté libre de ataduras ideológicas acercarse con más precisión a lo acontecido. El investigador e historiador debe asumir y someter a un análisis crítico las fuentes primarias y entender que en Historia nada es categórico, hecho que muchas veces brilla por su ausencia en favor de una historiografía militante y funcionarial al servicio de quien paga sus servicios y que no entiende que la Historia para ser Historia debe estar en constante revisión y no debe ser utilizada como un instrumento servil del politicastro de turno. Es por ello que se hace necesario acercarnos a lo que escribieron, fotografiaron y filmaron los corresponsales, foto-reporteros y cameramen que entraron en Badajoz y hacerlo de forma imparcial para analizar y mostrar objetivamente la realidad de los hechos. Esa ha sido mi humilde intención con este trabajo.

En otro artículo ya hicimos una recapitulación de todos los cronistas que entraron en Badajoz

Hoy sin embargo nos centraremos en uno de esos “soldados de papel” al que la historiografía no había prestado la mínima atención y que es una de las claves del estudio sobre los periodistas que he realizado a lo largo de estos años y que queda culminado con este trabajo que presentamos.

El descubrimiento que he realizado, nuevamente en Australia, hará a más de un Gurú de la Historia y a sus mariachis recapacitar y sopesar si vale la pena que estén constantemente insultándonos, difamándonos e injuriándonos gratuitamente en vez de ponerse el mono de trabajo y hacer HISTORIA. Creo, sin temor a equivocarme, que es la primera vez que en España se muestran las imágenes del fusilamiento del Alcalde de Badajoz Sinforiano Madroñero y del Diputado socialista Nicolás de Pablos. Pero no nos adelantemos a los acontecimientos.

Este trabajo tiene su base en el estudio que realicé hace un par de años sobre dos jóvenes australianos Basil Gee y Bill Seppelt que estuvieron en aquellos días de Agosto de 1936 en Badajoz (Moisés DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, “Dos australianos testigos de los sucesos de Badajoz (agosto-1936)”, en Ángel David MARTÍN RUBIO (coord...), Extremadura, de la República a la España de Franco. Una visión historiográfica, Madrid: Ediciones Barbarroja-Foro Historia en Libertad, 2012, págs. 103-117.
En ese estudio me apoyé principalmente en las fotos, datos y aclaraciones que me hizo el hijo de Bill Seppelt, pero me quedé corto, todo hay que decirlo, y con la espinita clavada de intentar localizar la otra “pata” de esta Historia que era encontrar a la familia de Basil Gee.

El asunto es interesante pues este joven australiano dejó una clave o enigma sin resolver que había que aclarar.

En un artículo que escribió Basil Gee para la revista de la Universidad donde había estudiado (Roseworthy) expresó que después de salir de Badajoz: “regreso a Lisboa con unas pocas de fotos muy interesantes, con más conocimiento y gran tristeza

¿Guardaría la familia de Basil Gee esas fotos? Ese es el misterio que hoy pretendemos descifrar.
Es menester aclarar que tanto la familia de Seppelt como la de Gee entendieron que lo que hicieron este par de jóvenes en aquella España tórrida de 1936 fue importante y relevante para el resto de sus vidas y por eso guardaron sus documentos “españoles” con tanto cariño. Por último, Michael Gee hijo de Basil Gee me indicó:
“I am sorry we don't have more information, but like many WWII veterans, he was reluctant to talk about what he did or saw. We have learnt more about his past from you than we have ever known! We are fascinated with the information you have sent us and are extremely grateful for this”.
Esta manifestación me llena de orgullo y da sentido a todo este trabajo.
Vivienda de Basil Gee en Unley Park ( Australia)
Vivienda de Basil Gee en Unley Park ( Australia)

Basil Gee: nuevos apuntes biográficos


Para conocer la historia aquí narrada he de mencionar que era inevitable, como he anotado, localizar a la familia de Basil Redpath Gee en Australia. Gracias a Dios pude, después de mucho esfuerzo, localizar al hijo de Basil Gee en Adelaide (Esta es otra historia que supera los límites de este trabajo y que entra más en lo policiaco que en lo puramente histórico y que me ha tenido entretenido durante un par de años). A partir de este punto empezamos con nuestro relato.

Basil Gee había nacido en Unley Park el 27 de Enero de 1914 .Fue el único hijo de Dudley Redpath Gee y Fern Victoria Kingborough de Cean. Dudley también era hijo único y Redpath el apellido de soltera de su madre antes de casarse, así es como Basil mantuvo ese apellido. Basil se crió en Thornber Avenue de Unley Park en Adelaide. Su casa disponía de un hermoso jardín al que el padre de Basil dedicaba mucho esfuerzo y dinero y que era la envidia de Adelaide pues disponía de plantas exóticas y un hermoso estanque. Basil dio sus primeros pasos en la enseñanza en el Colegio de Saint Peter de Adelaide entre 1923 y 1929. Los padres de Basil le inculcaron el amor por la naturaleza, los deportes y los animales. Siendo un adolescente Basil llegó a adiestrar un águila pescadora.

Después de graduarse en la escuela secundaria, Basil estudió en el Campus de Roseworthy en la Universidad de Adelaida desde Marzo de 1930 a Marzo de 1933. Fue una época difícil para el joven Basil pues se vio involucrado en varios altercados causados por su falta de disciplina y se le abrieron varios expedientes. Pero si como estudiante dejaba que desear destacaba en las competiciones deportivas en las que participa asiduamente representando a su Facultad. Era miembro del equipo de Rifle, tenis y cricket. Finalmente acabo sus estudios universitarios con un diploma de segunda clase poniéndose como meta trabajar en la industria del vino. El 6 de Abril de 1934 aparece viviendo en Barossa Vallet donde se encontraban las mejores y más antiguas bodegas de Australia. Fue a Yalumba en Angaston para ampliar sus conocimientos vitícolas. Los directores de la mercantil S.Smith & CO de Yalumba decidieron enviarlo a estudiar la industria del vino a Europa. El 12 de Julio de 1935 viaja al viejo continente y se instala primeramente en el castillo que los Gilbeys tenían en Chateau (Francia). Después de pasar unos días “de vino y rosas” viaja a Montpellier donde perfecciona sus estudios en la Universidad agrícola de esta ciudad. Es una época de constantes viajes a las mejores zona vinícolas de Francia (Burdeos, Borgoña, Macon…). En Motpellier coincidirá con su compatriota Bill Seppelt y desde entonces hasta que regresen a Australia unirán sus destinos.

De las peripecias que Basil Gee y Bill Seppelt vivieron en España durante la Guerra Civil ya dimos cuenta en el artículo citado. En el apartado siguiente haremos algunas anotaciones y aclaraciones que complementan lo ya escrito sobre este par de australianos.

A principios de Noviembre de 1936 abandonan España por Gibraltar con destino a Londres donde llegaran el 13 de Noviembre de 1936. Después de un periplo por varios países europeos, a principios de Junio de 1937 regresan a Australia. Basil Gee embarca en Londres en el barco Strathnaver con el número de embarque 41 haciendo escala en Marsella (Francia), Por Said (Egipto), Port Sudan (Sudan), Colombo (Sri Lanka), Bombay (India) y Adelaide (Australia). El 17 de Junio de 1937, después de más de dos años en Europa, llegó al puerto de Outer Harbor (Adelaide) donde le esperaban sus padres. Basil vivió una temporada en Toorak (Melbourne) y en el nº 90 de Cheltenham Street en Malvern (Adelaide). Se casó en Enero de 1940 en Melbourne con Marjorie Mathews (1905-) una simpática y extrovertida joven amiga de la familia, originaria de South Yarra, amante de la música (tocaba el piano), el teatro (dirigió en la Universidad varias obras) y participante activa en todos los actos de sociedad que se organizaron en Adelaide en la década de los cuarenta y cincuenta. Tuvieron cuatro hijos: Caroline (1941), los gemelos Susan y Michael (1943) y Sarah (1949).

El 9 de Septiembre de 1942 se alistó en el ejército australiano en el Cuartel de Keswick (Adelaide). Basil disponía de dos números de servicio lo cual era inusual, aunque esto tiene una fácil explicación. Uno era el SX24171 y el segundo el S42696. El primer número correspondía a una milicia la CMF (Fuerza Civil ciudadana) que se creó con el estallido de la II Guerra Mundial y que desarrollaba trabajos de comunicación e información. El 11 de Diciembre de 1946 Basil Gee fue dado de alta en el ejercito con la graduación de teniente en la FIA (Fuerza imperial Australiana) y fue destinado al 4º Australian Cipher Section, un grupo de inteligencia que operaba en Nueva Guinea en el sector de Kokoda. Esta información sobre su pertenencia a un grupo de inteligencia es un dato importantísimo como veremos a continuación.

Al acabar la II Guerra Mundial, Basil Gee tiene que buscarse la vida en el mundo civil así en el directorio de empresas del sur de Australia aparece en 1952 como agente comercial de la empresa C.G. ROBINSON & CO que se dedicaba a la venta de material eléctrico para el automóvil (Baterías, lámparas, etc.)

Basil Gee falleció en Adelaide el 19 de Julio de 1992 y sus restos fueron inhumados en el Cementerio de Centennial Park el 23 de Julio de 1992.
Basil Gee (izqda) y Bill Seppelt paseando por una céntrica calle de Madrid: 12-julio-1936
Basil Gee (izqda) y Bill Seppelt paseando por una céntrica calle de Madrid: 12-julio-1936

El hombre de la “Associated Press” en Badajoz 


La historia es un ente vivo. Siguen y siguen apareciendo datos que es necesario ir revisando y actualizando para acercarnos, en la medida de nuestras posibilidades, a la verdad de lo acontecido en aquella ciudad de frontera durante los tortuosos días del mes de Agosto de 1936.

Hoy haremos algunas aclaraciones y descubriremos uno de los secretos mejor guardados de Basil Gee. Es una historia que si no fuera verdad podría pasar por una novela de Agatha Christie. Todo comienza con el descubrimiento que realicé en los archivos de la Universidad de Adelaide de un manuscrito realizado por el propio Basil Gee en el que cuenta su peripecia en España durante la Guerra Civil. Ese relato salió publicado en la revista universitaria The Student (magazine of the Roseworthy Agricultural College) el 21 de Diciembre de 1937. Antes de proseguir será mejor que dejemos a Basil que nos cuente en primera persona su aventura:
“Después de un año en Montpellier hicimos una gira por Francia, pasamos algún tiempo en la Costa Azul, en Borgoña, Alsacia-Lorena, en las orillas del Rin y el Mosela, y tuve la suerte de ver la fiesta del vino añejo, que se celebró en Colimar. Después de un necesario descanso visité Alemania y regrese a la Champagne. También decidimos visitar Vichy, pero, como tónico para el alma, esta ciudad fue un fracaso definitivo.
Decimos y nos fuimos a Nimes y Frontignan. Visitamos la casa del Francés Vermouth en Site. A continuación, a través de Bañolas, donde se hace un dulce parecido a la granada pasamos a España. En la Costa Brava nos quedamos un par de semanas con el señor Forgas, un fabricante de corcho, que nos albergó en su hermosa villa situada en un promontorio rocoso, al lado de una propiedad de Madeleine Carroll, una circunstancia muy afortunada. Esta quincena fue sin duda la más agradable en Europa, pero para nuestra desgracia este lugar ya no existe.
Estaban empezando a manifestarse signos de los disturbios, en contra del sentido común seguimos adelante. Después de unos días en Barcelona, en el que casi fuimos aniquilados por una bomba, salimos hacia Madrid. Esta ciudad se convirtió en poco tiempo en un lugar peligroso, se respiraba un ambiente desagradable. Entonces un día o dos más tarde, se produjo un par de asesinatos cometidos por las partes en conflicto y la ciudad se convirtió en una miniatura de Chicago. Después de pasar un par de horas en una cafetería hablando, mientras se alzaban las armas y empezaba la Guerra, decidimos que era hora de sacudirnos el polvo de Madrid. Así, que nos pusimos de nuevo en marcha hacia Portugal a través de Toledo. Después de ver los monumentos de esta ciudad medieval, pasamos unos cuatro días muy preocupantes para llegar a la frontera que se encuentra solo a 200 millas, pero nos paraban cada veinte millas buscando un transporte para llevar al jefe local a algún lugar de reunión. A pesar de que el coche tenía la bandera de la Union Jack un par de fusiles eran suficientes para detenerlo.
Estábamos contentos de llegar a Badajoz a cuatro millas de la frontera, cuando una pareja de carabineros nos paró y subieron a bordo. Nos dijeron que fuéramos a la comisaría de la policía local. Estábamos acostumbrados a esto pero lo que despertó nuestra ira fue que nos encerraron en el calabozo mientras ellos hacían las diligencias habituales. Después de cuatro horas junto a un montón ratas nos sacaron a empujones y fuimos conducidos fuera del calabozo. Nuestros ojos no estaban acostumbrados al cegador resplandor del sol y fuimos incapaces de soportar la tensión. ¡Nosotros nos desmayamos!. (Más o menos esta es la historia que vivimos).
Al parecer, el resultado de la búsqueda fue satisfactorio, ya que nos concedieron permiso para seguir la marcha. Sin el coche. Éste había sido requisado para uso militar, así que tuvimos que proseguir a pie las cuatro millas, bajo el sol ardiente, con gran parte de nuestro equipaje, ya que podíamos llevarlo. En la frontera nos dieron el golpe de gracia, todo el dinero nos fue confiscado.
En Elvas en Portugal, el encargado de una pensión que era bastante amable telegrafió a Londres para comunicar que estábamos a salvo con nuestros pasaportes. Cuando llegó el encargado de la pensión nos pusimos en marcha para Oporto y pasamos unas semanas en el río Duero, aprendiendo todo sobre el vino de Oporto y su fabricación.
El día que nos anunciaron que Badajoz había caído a manos de los hombres de Franco nosotros nos dispusimos a regresar para intentar recuperar nuestro coche de aquel desorden. Llegamos a Badajoz el día después de su captura, la matanza era indescriptible. Casas en ruinas y quemadas, cuerpos de hombres, mujeres y niños esparcidos por las calles ¡El caos!
Cada cien metros nos encontramos con los saqueadores y las partidas de búsqueda (de milicianos), estos últimos ejecutaban a todos y cada uno sin ni siquiera hacer un juicio sumario. Si el hombro de un hombre -o una mujer, dado el caso- estaba magullado por el disparo de un rifle, toda la familia era ejecutada sumariamente. Esto ocurrió, ante nuestros ojos, ¡no una vez sino varias veces! Era bastante triste y penoso ver tales barbaridades.
Para volver a un tema menos mórbido, finalmente encontramos el coche, o más bien sus restos. Estaba destrozado, se habían empleado a fondo con un hacha. El equipaje había volado. Así que regresamos a rica Lisboa tan sólo con unas pocas fotos muy interesantes, con más sabiduría y gran tristeza.
Regresamos a Londres, sólo para encontrar que una póliza de seguro a todo riesgo no es válida en tiempos de Guerra Civil, disturbios o revolución (irónico) ¡Un final muy alegre!
B.R. Gee.”
Como vemos la primera parada la harán en la casa que tenía el industrial Joan Forgas en Sant Antoni de Calonge muy cerca de Palamós, justo al lado de la mansión de la famosa actriz de Hollywood Madeleine Carroll. Allí pasarán dos semanas buscando financiación para sus proyectos. No hay que olvidar que la Familia Forgas estaba dedicada a la banca, siendo su principal industria la corcho-taponera.

Después pasaron a Barcelona y prosiguieron su viaje hasta Madrid donde les sorprenderá la sublevación militar. Deciden salir de España por la frontera portuguesa y dirigen sus pasos hacia Badajoz donde la Guardia Civil les requisa el dinero y el coche en el que viajaban. Cruzan la frontera el 22 de Julio de 1936 y se dirigen primeramente a Lisboa.

En mi anterior trabajo expresé que el padre de Seppelt recibió desde Gibraltar un cablegrama que expresaba “Two Young students had arrived safety at Gibraltar”. En principio pensé que pudiera tratarse de un error pues era increíble que habiendo estado en Gibraltar y puestos sanos y salvos bajo la bandera de la Union Jack este par de jóvenes regresaran a Portugal a arriesgar su hacienda y lo que es aun peor: sus vidas. Pero ahora todo cobra sentido.

Evidentemente la idea primigenia de Basil Gee era abandonar España y Portugal para dirigirse a Londres pero al llegar a Gibraltar ocurre una serie de acontecimientos que precipitan el regreso de los australianos a Lisboa. En primer lugar entran en juego los intereses de la industria del vino australiano. Con el levantamiento militar, los caldos australianos incrementan exponencialmente su valor en el viejo continente. La industria del vino española cae en picado y las bodegas europeas abren sus puertas a otros mercados. Australianos e ingleses intentaban sacar tajada económica del descalabro que se cernía sobre la piel de toro ibérica a consecuencia del conflicto armado. Basil estaba en una posición geoestratégica privilegiada para obtener datos y, lo que es mejor, imágenes sobre las atrocidades cometidas en España por los sublevados que mejorarían las expectativas de ventas de los caldos australianos a la vez que bajaba la de los españoles. Pero aún hay más, los servicios secretos británicos y australianos necesitan ojos en la zona y que mejor coartada que un par de jóvenes que ya habían expresado su deseo de regresar a Badajoz para recuperar su vehículo requisado, así podrían recoger toda la información posible sobre la situación en Portugal y en España sin levantar sospechas. La Associated Press tenía un acuerdo con la Reuters por el cual la agencia norteamericana recibía los servicios de la Reuters en Europa y la Associated Press se comprometía a no distribuir sus servicios en Europa. Así mismo la Agencia Reuters, Diario Noticias y Agencia Havas compartían la misma oficina, la del Diario Noticias en Lisboa en la Rua Aurea nº 234-242. Es en ese preciso momento cuando entra en juego el periodista de la A.P., Reuters y espía profesional Cornelius James Murphy que por aquel entonces ya trabajaba para el SIS (Servicio Secreto de Inteligencia después M16 ) británico. A principios de Agosto de 1936 contacta en Gibraltar con este par de australianos a los que acompañara primero a Oporto, luego a Lisboa y de allí a Badajoz. Recuerden y enlazando con el punto anterior que Basil Gee trabajó en un cuerpo de inteligencia australiano durante la II Guerra Mundial. Si algún día se abren los archivos del M16 británico a los investigadores, quizás muchas de las incógnitas que sobrevuelan sobre la actuación del servicio británico durante la Guerra Civil española y, en concreto, sobre los acontecimientos de Badajoz, queden definitivamente resueltas.

Seppelt en la Estación de Ferrocarril de Elvas el 20 de julio de 1936. El autor de la foto es su compañero Basil Gee
Seppelt en la Estación de Ferrocarril de Elvas el 20 de julio de 1936. El autor de la foto es su compañero Basil Gee

La agencia norteamericana Associated Press no quería ir a la zaga de sus competidoras Havas y United Press y necesitaba urgentemente enviar a un hombre que cubriera los acontecimientos que estaban desarrollándose de forma frenética en la frontera hispano-portuguesa. Desde Londres John Lloyd director gerente de la A.P en Europa llama urgentemente a Luis Caldeira Lupi hombre de la Associated Press en Lisboa para organizar un servicio que cubriera el conflicto armado del país vecino. Efectivamente como expresó Luis C. Lupi en sus memorias: “as chamadas telefónicas dos enviados especiais da Reuter e da Associated Press que não me deixavam dormir, relatándome os horrores da Guerra Civil de Espanha, num noticiario que tería de refazer para retransmitir a Londres e Nova York” (Memorias, diario de un inconformista, pág. 269). Esta agencia pondrá sus ojos en Basil Gee. Hay que tener en cuenta que este joven ya había escrito algunos artículos para el periódico de su Universidad y además era un gran amante de la fotografía. Es decir la agencia Associated Press no tenía fotógrafo oficial en esta zona caliente. Cuando Cornelius vio la cámara de Basil en Oporto, ató cabos rápidamente. Cornelius a través de la embajada arregló los papeles a los australianos El número dos en la embajada inglesa, era un Marqués, mitad australiano mitad español. El Marqués del Moral, Frederick Ramón Bertodano fue el hombre que facilitó los documentos a Gee y a Seppelt para ir a Badajoz. Bertodano pertenecía a la “jet set” australiana. Tenía unos sesenta y tantos años y era un entusiasta de la causa nacional, con experiencia militar en las guerras de los Boers y en la Inteligencia británica. El Marqués del Moral fue el hombre que puso en contacto a Gee y a Seppelt para ir a Badajoz a través de Fernando Gallego de Chaves y Calleja ,Marques de Quintanar, componente de la llamada "Black Embassy" y que se encontraba en la zona caliente del puesto fronterizo de Caia en aquellos terrible días de Agosto y fue quien finalmente proporcionó a los australianos los salvoconductos para desplazarse a Badajoz. El 15 de Agosto de 1936 en la comandancia militar como al resto de periodistas los mandos nacionales le expidieron salvo-conductos individuales, con todas las facilidades para transitar por la ciudad y pasar la frontera. Así mismo, la agencia Reuters les proporciono un vehículo para moverse por la frontera hispano-lusa. Así es como Basil Gee fichará para la Associated Press para cubrir la Guerra Civil en Badajoz: el turista-pasa a ser fotógrafo provisional de la A.P. Por lo tanto, como vemos en esta historia se mezclan los intereses financieros del mundo del vino (El mercado del Jerez cayó en picado en Londres y aumentó la cotización de los vinos australianos en la City) con el ala espía-periodístico-militar de la contienda civil.

Bajo la coartada de ir a recoger el coche que le había sido requisado regresa primero a Lisboa y después viaja en el avión “Dragón” del Diario de Noticias hasta Elvas con el corresponsal de la agencia británica Reuters Cornelius James Murphy que como hemos expresado también trabajaba por la norteamericana Associated Press. El día 13 de Agosto el corresponsal de Reuters y A.P. ya informa desde la frontera de Caya:
“En Badajoz hay una gran concentración de Rojos españoles. La ciudad cerca de la frontera con Portugal está ahora completamente rodeada y desde las 16 ayer por la tarde las aeronaves insurgentes bombardean la población. Aviones trimotores lanzan bombas, con breves intervalos, el pánico se apodera de la ciudad. Desde las colinas en territorio portugués se observa que la población civil huye de Badajoz por donde puede…” (Zengales Balss, 13/08/1936, pág. 1).
En Elvas, Basil Gee entra en contacto con Mario Neves, joven “jornalista” del Diario de Lisboa. A partir del 15 de Agosto de 1936, Basil R.Gee será su sombra. Tanto la Reuters como la A.P. recogerán las palabras del “jornalista” portugués que después se repiten en docenas de crónicas con el sello Australian Associated Press y Associated Press, exactamente iguales a las del Correspondent Reuters Special. Está clarísimo que Mario Neves del Diario de Lisboa, Basil Gee y Cornelius James Murphy de la Reuters (exclusiva para Inglaterra y Associated Press exclusiva para Estados Unidos) estuvieron juntos en aquellos días de Agosto. Desde el primer momento, la relación Associated Press-Mario Neves-Basil Gee es más que evidente. El 16 de Agosto de 1936, en la página 10 del periódico The Montreal Gazzete sale publicada esta noticia:
“Lisboa 16 de Agosto (A.P.) Cuerpos sobre las calles de Badajoz. Escenas de horror en las calles sembradas de cadáveres en Badajoz fueron relatadas por teléfono a Lisboa hoy por Madrio (sic) Neves, primer corresponsal en entrar en Badajoz después que la ciudad fuera ocupada por el ejército rebelde…”.
El diario The Telegraph del 17 de Agosto de 1936 recogía estas breves notas del corresponsal de la Associated Press referidas a Mario Neves:
“The portugese correspondent reported after a visit to the city, were being herded into the bull ring for trial... in groups of 20 they were lined up before a firing squad and left to lie in the streets… the Portuguese correspondent saw the body of loyalist lieut col Juan Cantero, lying beside that of a rebel lieutenant who died of wounds suffered during the battle for the city. Both bodies were dumped without ceremony among peasant victims of the firing squads”.
Prosiguiendo con el relato, Basil Gee estuvo con Neves el día en que éste entrevistó al teniente coronel Yagüe, le acompañó en la visita que hizo por la ciudad y, lo que es más relevante, le acompaña al Cementerio de San Juan de Badajoz la mañana del 17 de Agosto de 1936.
En el periódico Dailly Mail Hull, del Sábado 15 de Agosto de 1936 aparece un artículo titulado “THE BATTLE OF BADAJOZ - Town laid waste by Air Bombs -Spectacle of horror” o sea “LA BATALLA DE BADAJOZ - Ciudad arrasada por las bombas de los aviones -Espectáculo de terror” en el que este corresponsal de la Associated Press telegrafía a su agencia en Norteamérica diciendo:
“Acabo de regresar de un viaje a Badajoz, que fue capturado por los insurgentes anoche, después de una batalla que ha durado días, y terminó con la quema de la ciudad.
Al llegar a la altura de la salvaje lucha por la posesión de este importante centro, vi un espectáculo de terror, que espero no volver a presenciar.
Al acercarme a la frontera de Elvas en avión, un avión de guerra de tres motores, se podía ver caer una lluvia de bombas en Badajoz en el lado español de la frontera.
Yo iba a ver la batalla de más de cerca, cuando tres aviones de guerra portugueses que habían aterrizado en Elvas me indicaron que bajara
Obedecí y me di cuenta de que no era seguro avanzar más lejos, mientras la batalla continuaba con una violencia interminable, a pesar de que, los insurgentes ya habían entrado en la ciudad. La lucha cuerpo a cuerpo salvaje que se estaba desarrollando en las calles, vi como los republicanos, con el coraje de la desesperación, estaban disputando cada pulgada de avance a los rebeldes
Desde el puente internacional podía ver la ejecución de los comunistas capturados.
Al fondo se apreciaban el humo y las llamas de la batalla, mientras Badajoz se convirtió en una pira funeraria para sus masacrados defensores. El estruendo de las bombas y las ametralladoras sacudían la tierra
Suministros médicos y provisiones, azúcar, chocolate, bocadillos, etc fueron traídos para el alivio de los refugiados, muchos de ellos mujeres-fueron enviados a través del puente”
Esta crónica es exactamente igual a otra firmada por el mismo corresponsal pero para la Agencia Reuters que salió publicada en la página 1 del The Straits Times del 16 de agosto de 1936.

El corresponsal de la Associated Press y Reuters abandona la zona caliente para regresar a Lisboa desde donde informará a su matriz en Norteamérica y Londres de los acontecimientos que están aconteciendo en Badajoz. Pero no se irá de Badajoz sin dejar a un INFORMANTE, un joven australiano, llamado Basil Gee. Hemos localizado un artículo de extraordinario valor histórico en la National library of Scotland que nos aclara esta cuestión de manera diáfana. En el periódico escoces The Scotsman del 18 de Agosto, en la página 10, firmado por “Press Association Special Correspondent” bajo el título “BADAJOZ TERROR - Moors as Executioners” aparece esta noticia:
[DE ASOCIACIÓN DE PRENSA enviado especial]
LISBOA, 17 de agosto. – Mi INFORMANTE en la frontera de Portugal ha vuelto a visitar la ciudad en ruinas de Badajoz, y hoy envía además el siguiente relato de las condiciones de esta ciudad después de dos días desde la ocupación por parte de los militares insurgentes y las tropas moras:
El ejército insurgente para destruir para siempre el comunismo en España prosigue con la ejecución de los “rojos”.
He tenido conocimiento que los cadáveres son quemados en enormes piras para evitar problemas y pérdida de tiempo. Los prisioneros capturados en esta ciudad han sido trasladados a la plaza de toros. Vi allí, a cientos de hombres de pie, con una mirada de impotencia en sus rostros, en espera de una investigación y la condena.
Uno por uno, son llevados ante el tribunal militar. Ellos se niegan a dar sus nombres. En nueve de cada diez casos niegan haber "luchado contra el ejército.
Si no hay otra prueba en su contra le rasgan las camisas y sus hombros son examinados. Si el hombro derecho muestra un moretón supuestamente causado por el disparo de un rifle, se considera prueba suficiente, y le sacan de la celda para fusilarlo.
En grupos de veinte o más son llevados al pelotón de fusilamiento.
Los legionarios moros no pierden el tiempo en deshacerse de los muertos - los tratan a todos por igual.
Vi entre los cuerpos de los campesinos a varios oficiales leales entre ellos uno con los cabellos grises, era el teniente coronel Juan (sic) Cantero, quien luchó valientemente hasta el final para el Gobierno de Madrid. Un grupo espantoso de muertos".
A simple vista parece que el INFORMANTE no es otro que Mario Neves, el parecido entre esta noticia y la que apareció la tarde el 16 de Agosto de 1936 en el Diario de Lisboa es mayúsculo, pero existen una serie de diferencias que es necesario aclarar:

Primero. Mario Neves NUNCA utilizo en su crónicas el término “Rojos”. En esta crónica el INFORMANTE emplea los términos: "Reds" Y "destroy Communism for ever”.

Segundo. En la Plaza de Toros, Mario Neves vio el 16 de Agosto a DECENAS de prisioneros. El INFORMANTE ve a CIENTOS

Tercero. Mientras el INFORMANTE nos detalla la inquietud de los prisioneros (“una mirada de impotencia en sus rostros, en espera de una investigación y la condena”) Mario Neves describe de forma somera que “aguardaban su destino”.

Es decir Basil Gee, tan joven como Mario Neves, no se va a separar del jornalista portugués en las visitas que éste hizo a Badajoz y edulcora a su manera las noticias que iba dando el reportero luso para el Diario de Lisboa. Es más, a primera hora del 17 de Agosto de 1936, Gee acompañará a Neves al Cementerio de Badajoz. En este caso, los dos escribirán la misma noticia. La de Neves fue censurada: “Al fondo , en un escalón cavado aprovechando un desnivel ..., se encuentran más de 300 cadáveres ….El sacerdote que nos acompaña …trata de explicarnos: Merecían esto.”. Fíjese el lector que Neves utiliza el plural “nos”. Es decir Neves iba con alguien más. Basil Gee nos dejará esta perla que no fue censurada: “Una horrible vista nos sorprendió, cerca del cementerio, donde trescientos cuerpos habían sido apilados para hacer una hoguera. Un sacerdote [Nota del autor: se trataba de D.Ildefonso Jiménez Andrades según hemos podido averiguar posteriormente] presidía este terrible acto, y cuando hablamos con él, lacónicamente, señaló que los condenados que habían muerto se lo tenían merecido”. (Esta entrevista salió publicada el 3 de Octubre de 1936 en la revista Smith´s Weekly del grupo editorial Stawell News).

Pero es que, además, Basil Gee va a ser protagonista único de unos de los descubrimientos más importantes que he realizado en mi vida de investigador.

Este joven va ser autor de varias fotografías, hoy exponemos dos de ellas pero existen muchas más que serán objeto de un trabajo que se publicará próximamente, relativas a los fusilamientos del alcalde de la ciudad, Sinforiano Madroñero, y del diputado Nicolás de Pablos. Como me expresó su nieto Chris Hughes: “Mi abuelo fue el último extranjero en dejar la ciudad de Badajoz la tarde del 20 de Agosto de 1936 .Mientras el periodista Jay Allen cubría con sensacionalismo su relato sobre Badajoz, Gee y Seppelt vieron realmente a los ejecutados delante de sus ojos ”.

Efectivamente, mientras los corresponsales abandonaban la ciudad, unos hacia el este siguiendo la ruta de la Columna Madrid, otros hacia el oeste en dirección a Lisboa, Basil Gee se queda en Badajoz con su salvoconducto de periodista realizando unas fotos impactantes. Se mete literalmente en el avispero sin que las autoridades le impidan realizar su trabajo. Pese a lo expresado por algunos literatos, por aquel entonces las autoridades militares no ponían ningún tipo de trabas a la labor de los reporteros que se movieron con toda libertad por Badajoz.

Imágenes de los fusilamientos del 20 de agosto de 1936


Sobre los fusilamientos de la mañana del día 20 de agosto del 1936, el activista del Frente Popular, Jay Allen escribe desde el Tánger el 23 de Agosto una “novela” diciendo que se produjeron en la plaza de San Juan “al son de una banda de música y demás fanfarria, ante 3.000 personas”:
“Ayer tuvo lugar allí un fusilamiento ceremonial, simbólico. Siete importantes miembros del Frente Republicano fueron fusilados al son de una banda de música y demás fanfarria, ante 3.000 personas. Todo ello para probar que los generales rebeldes no fusilan sólo a obreros y campesinos; con el Frente Popular no hay favoritismos que valgan”.
Este fusilamiento de dirigentes, que habían formado parte del Frente Popular, no se produjo en la plaza de San Juan, sino en el foso de la muralla del baluarte que ocupaba el Cuartel de la Bomba, en su vértice oeste, junto a una entrada exterior a una poterna del baluarte que servía de polvorín a este cuartel (en las traseras del actual Instituto Zurbarán que está frente al Gobierno Civil). Este lugar sirvió para varios fusilamientos de personas destacadas que no pasaron por la Plaza de Toros, entre ellas el funcionario de Obras Publicas Sr.Carlos Díaz Pache. Evidentemente, Jay Allen fantasea cuando expresa que a aquel acto acudieron 3000 personas. Realmente a estos fusilamientos, que eran previamente conocidos, solían asistir unos pocos vecinos, no muchos, entre los que estaban, digamos, por imperativo “legal” de sus cargos, militares, falangistas, sacerdotes, conductores, escoltas y algún que otro morboso curioso. El teniente Alfonso de Mora Requejo, jefe accidental de la 10 cía IV Bandera de la Legión: “formó en el cuadro para el fusilamiento, desfilando posteriormente por la calles de la ciudad”. El pelotón de fusilamiento lo formaban soldados del Castilla. Tras este fusilamiento se realizó una Parada militar. Se llegó a publicar un bando en el periódico HOY, que se repartió esa misma tarde, titulado “Se ha hecho justicia con los cabecillas”.

Basil Gee va a ser testigo presencial del fusilamiento. Es más, dejará escrito en el anverso de las fotos unas notas “periodísticas” de gran trascendencia que reproducimos a continuación.

En la primera foto sale un legionario que está registrando los bolsillos de un fusilado, Basil Gee escribe:

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Spain ( Badajoz), 20th August 1936 Photo by Basil Gee
“Nationalist soldiers searching the clothes of executed reds for valuables.These are to sewn in the most unlikely places and include a little money, bits of gold, medals, saints, half coins and other personal trinkets. The surrounding crowd, composed mostly of women and children, shows much interest in the proceedings”
Traducción: Los soldados nacionalistas buscan en las ropas de los fusilados “rojos” algunos objetos de valor. Estos están cosidos en los lugares más inverosímiles y lo componen un poco de dinero, algo de oro, medallas, santos, monedas y otras baratijas personales. La multitud que está alrededor (del fusilado), compuesta en su mayoría de mujeres y niños, muestran mucho interés en el procedimiento
Esta foto salió publicada con el sello de Associated Press, entre otros periódicos, en la página 8 del Big Spring Daily Herald y el Winona Republican Herald del 2 de Septiembre de 1936 con la misma anotación que hizo Basil Gee en la que un grupo de paisanos contempla los cuerpos aun calientes de los fusilados. Curiosamente en un periódico brasileño, el Correio Paulistano de 20 de Septiembre de 1936, aparece una composición en la que se destaca esta foto junto a la del periodista norteamericano del Chicago Tribune Jay Allen. Curiosa coincidencia.

En la segunda foto un grupo de vecinos se arremolina ante los fusilados. En este caso Basil Gee escribe:

Fusilamientos_Badajoz_Pixelada1
“Spain (Badajoz), 20th August 1936 Photo by Basil Gee
Body of a “Red” executed by the nationalist troops. The crowd in the background are gathered around several more corpses who were executed at the same time. This particular execution took place just off one of the main streets of Badajoz .Note the white armbands worn to indicate neutrality. As may be seen, women and children show much interest”.
Traducción: “Cuerpo de un “rojo” ejecutado por las tropas nacionalistas. La multitud en el fondo se reúne en torno a varios cadáveres más que fueron ejecutados al mismo tiempo. Esta ejecución especial se llevó a cabo junto a una de las principales calles de Badajoz. Observe los brazaletes blancos usados para indicar la neutralidad. Como se puede ver, las mujeres y los niños muestran mucho interés”.
En 1935 la Associated Press empieza a publicar las primeras fotos emitidas telegráficamente con el sistema Wirephoto. Así es como en tiempo real Basil Gee envió las imágenes a la agencia nortemericana. Con esta nueva técnica la A.P. adquirió ventaja sobre sus oponentes.

Una de agradecimientos


Un trabajo de estas características hubiera sido imposible de realizar sin la ayuda que me prestaron algunas personas a las que estaré siempre agradecido. Como en una cesta de cerezas cuando estas se sacan se van engarzando unas a otras sin solución de continuidad pues igualmente en esta investigación un enlace o informante me llevaba a otro y así hasta que localice a la familia de Basil Gee .Por ello debo hacer mi pequeño tributo a: Francisco Pilo por lo que he aprendido de él, un verdadero maestro que me aclaro quiénes fusilaron a Sinforiano Madroñero y resto de dirigentes Frente Populistas el 20 de Agosto de 1936, a Guy j.Maddern que me cedió una foto de la casa donde vivió Basil Gee en Unley Park; Elizabeth Hartnell del Musseum Curator de Unley; Chris Rogers de la compañía vinícola Yalumba Wine Company donde trabajó Basil Gee; Sarah King funcionaria de la National Archives of Australia; Helen Bruce y Andrew Cook Archives Officer de la Universidad de Adelaide donde estudió Basil Gee; Robbie Mitchell de la National library of Scotland; Jessi Webb de Australian War Memorial; Andrea McKinnon-Mattews archivera del Colegio de St.Peter que me puso en contacto con el hijo de Basil Gee Michael Gee, Christopher Hughes nieto de Basil Gee que sabía de la importancia del trabajo de su abuelo en España y guardaba como un tesoro las fotos que exponemos en este trabajo y que tuvo la gentileza de enviarme. Y, en especial, un buen amigo que trabaja bajo el pseudónimo de Alejandro Magno y sin el cual este trabajo no tendría sentido pues sus conocimientos sobre los corresponsales extranjeros que vinieron a cubrir la Guerra Civil española, en especial sobre Jay Allen, sobrepasa con mucho lo que se haya escrito en los libros de historia o tesinas universitarias publicadas hasta la fecha.

Moisés Domínguez Núñez

ÁNGEL DAVID MARTÍN RUBIO: Franco no humilla a Rojo, pero le venció militarmente

Vicernte Rojo, Juan Modesto, Juan Negrín y Enrique Lister
Vicente Rojo, Juan Modesto, Juan Negrín y Enrique Lister

La aparición del Diccionario Biográfico Español editado por la Real Academia de la Historia ha venido seguida por una furiosa campaña de la ultraizquierda historiográfica, política y mediática. Al hacerlo, sus representantes demuestran que son conscientes del retroceso que supone para sus campañas de agit-prop no haber controlado, con sus métodos habituales, la redacción de esta obra. La irritación llevó a extremos tan pintorescos como el de adjetivar apresuradamente de Contradiccionario a un vademécum publicado en 2012 y que recopilaba los lugares comunes de la propaganda emanada desde este sector en torno a la Segunda República, la Guerra Civil y la España de Franco.

Aunque mi aportación ha sido más que modesta, poco son cinco biografías en un conjunto de más de 50 volúmenes, ya he dicho en otro lugar que me siento orgulloso de haber colaborado en este proyecto junto a historiadores de la categoría de Gonzalo Anes, Vicente Palacio Atard, Carlos Seco Serrano o Luis Suárez Fernández, por citar solamente a algunos. Y es que los dicterios contra el Diccionario Biográfico se vuelven contra quienes los lanzan porque revelan su voluntad de imponer una interpretación unilateral y manipuladora de la historia, sin admitir la existencia de instituciones académicas y científicas independientes.

Que los herederos del Frente Popular se ocupen de apenas unas columnas en el contexto de más de 40.000 páginas es un honor inmerecido, que hay que apreciar en lo que supone a la hora de señalar objetivos y que solamente merece, mutatis mutandi, la respuesta de Calvo Sotelo cuando el presidente del Gobierno pronunció su sentencia de muerte ante las Cortes republicanas: «La vida podéis quitarme pero más no podéis…».

Nos referimos, en concreto, a una de las biografías que aparecen el citado Diccionario: la de Vicente Rojo, el militar que ocupó durante la Guerra Civil la jefatura del Estado Mayor Central del Ministerio de Defensa.

Son numerosos los aspectos interesantes de la trayectoria del militar valenciano y recogidos en dicha reseña biográfica, como son sus campañas en las zonas de Ceuta y Tetuán, sus aptitudes para la formación teórica en la Academia de Toledo, su participación en las acciones psicológicas planeadas para desmoronar la resistencia del Alcázar, o su muerte en Madrid, a donde volvió desde el exilio. Sin embargo, alguna reseña periodística ha preferido centrarse en una imposible confrontación entre las figuras de Francisco Franco y Vicente Rojo.

Imposible confrontación, en primer lugar, porque Franco asumió durante la guerra la doble responsabilidad de Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos mientras que en la retaguardia roja nunca se llegó a culminar la unificación del poder político y militar a pesar de los intentos del Partido Comunista por imponerla a sangre y fuego. Fe de ello dan los centenares de izquierdistas masacrados en la propia retaguardia frentepopulista (cfr. Manuel AGUILERA POVEDANO, Compañeros y camaradas. Las luchas entre antifascistas en la Guerra Civil Española, Madrid: Actas, 2012). En cuanto a la posición de Rojo en el organigrama de las autoridades frentepopulistas, es cierto que favorecido por su aproximación a los comunistas, fue nombrado jefe del Estado Mayor Central del Ministerio de Defensa Nacional tras la caída de Largo Caballero (Gaceta de la República, 21-mayo-1937). Pero no es menos cierto que, desde tal posición, apenas pudo hacer más que diseñar brillantes operaciones sobre el papel que, sistemáticamente, eran bloqueadas por los asesores soviéticos o fracasaban al intentar ponerlas en práctica.

Y, en segundo lugar, la confrontación es imposible porque, a partir del verano de 1937,  resulta posible escribir la historia militar de la Guerra Civil como el relato del reiterado fracaso de los planteamientos teóricos de Vicente Rojo siempre limitados por las estrategias políticas de un Partido Comunista a cuyas milicias elogió muchas veces y que, únicamente, recibió valoraciones positivas para su capacidad militar de aquellos jefes surgidos en la órbita del Quinto Regimiento como Líster, Modesto y Tagüeña.

Pero antes de tratar más a fondo de esta cuestión, conviene hacer dos precisiones.

Una guarda relación con la propia actividad de Rojo al servicio del Gobierno frentepopulista, tan incoherente con sus previas convicciones políticas y religiosas. Es cierto que Michael Alpert (nada sospechoso de afinidad con los sublevados) encuadra a Rojo entre los que llama leales geográficos, es decir, aquéllos que permanecieron al servicio del Frente Popular únicamente porque las circunstancias los situaron en zona republicana. Pero no es menos cierto que en la última entrevista que Rojo concede en su vida, de vuelta ya en Madrid, responde a la pregunta de George Hills sobre el personaje que más admira de la guerra en estos términos: «Al Teniente Coronel Noreña» (ABC, Madrid, 9-enero-1973, pág. 26). Basta constatar que éste era un oficial de Estado Mayor que había preferido ser fusilado a servir a la República en el puesto seguro que le ofrecían a cambio de su fidelidad al régimen. En septiembre de 1936, uno de los asediados del Alcázar toledano le indicó a Rojo que por qué no se quedaba con ellos, contestando éste que tenía su mujer e hijos en Madrid y que si no volvía se los matarían… Una controversia acerca de la lealtad o deslealtad de Vicente Rojo carece de sentido, a no ser que las adscripciones políticas en la España de julio de 1936 se sitúen en un terreno dogmático del que no cabe discrepar.
Acta que acredita la sustracción realizada por el general Miaja de su ficha de afiliado a la U.M.E., así como la ficha del comandante Vicente Rojo. Fuente: "La dominación roja en España"
Acta que acredita la sustracción realizada por el general Miaja de su ficha de afiliado a la U.M.E., así como la ficha del comandante Vicente Rojo. Fuente: "La dominación roja en España"

Otra precisión debe hacerse acerca de las tropas que combatieron a sus órdenes. Nada más lejos de la realidad que la imagen de un Ejército Nacional profesionalizado y respaldado por las potencias europeas que le daban superioridad ante sus oponentes frente a unas simpáticas bandas de milicianos armados con más buena voluntad que medios. En realidad las tropas a las órdenes del Gobierno frentepopulista, que no tenían de Popular más que el apelativo, se convirtieron muy pronto en un Ejército bien mandado y bien encuadrado en más de doscientas brigadas mixtas de las que cinco totalmente, y dos tardía y parcialmente, fueron brigadas internacionales.

Basta citar, por ejemplo, el caso de la defensa de Madrid en la que Vicente Rojo interviene como jefe de Estado Mayor. Frente a los 15.000 hombres de Varela, los frentepopulistas disponían desde el primer momento, aunque en diferente grado de encuadramiento y organización, de unos 40.000 hombres con armamento y cobertura artillera aérea y blindada superior a la del enemigo. Por cierto que es en dicho contexto cuando el corresponsal de Pravda, Koltsov, contribuye decisivamente a difundir el nombre de Rojo en sus artículos. En adelante, la clave de la carrera del militar no serán sus éxitos en el campo de batalla sino el apoyo del Partido Comunista. Así será en el verano de 1938, cuando la ayuda soviética permitía al Gobierno republicano una cierta superioridad en un momento en que estaba en peligro la paz de Europa, cuando Rojo plantea la ofensiva del Ebro con la idea de agotar las últimas posibilidades para cambiar el curso de la contienda, o por lo menos de prolongarla hasta la intervención directa de las potencias amigas.

Es verdad que, durante mucho tiempo, Rojo acarició la posibilidad de una ofensiva en Extremadura y Andalucía cuyo máximo objetivo soñado era la conquista de Sevilla (el llamado Plan P) pero, sistemáticamente, los asesores soviéticos impidieron la materialización de una iniciativa que, contaba con argumentos favorables sobre el papel, pero que no coincidía con los intereses políticos del Partido Comunista. de mayor interés práctico. Quienes conceden excesiva importancia al proyecto no explican  cómo las fuerzas atacantes podrían haber llegado a la frontera portuguesa, con la rapidez  necesaria, avanzando en territorio enemigo más de ochenta kilómetros desde el frente inicial  cuando todos los paralelismos inducen a pensar en que el Ejército Popular habría sido incapaz de lograrlo:
«Las comparaciones no son absolutamente determinantes, pero se podría recordar cómo en la ofensiva de Brunete las fuerzas atacantes no lograron avanzar más de quince a veinte kilómetros de sus bases de partida, en la de Belchite una distancia análoga; en el Ebro su avance alcanzó una profundidad de veinticinco kilómetros antes de ser detenido ante Gandesa y, por último, cuando se llevó a cabo una importante ofensiva en Extremadura en enero de 1939, en la que el Ejército Popular logró el avance territorial más extenso de la guerra, no sobrepasaron los cuarenta kilómetros de las posiciones iniciales» (José SEMPRÚN, El genio militar de Franco (Precisiones a la obra del coronel Blanco Escolá "La incompetencia militar de Franco"), Actas Editorial, Madrid, 2000, pág. 130).
Aquí radica el talón de Aquiles de Vicente Rojo a lo largo de toda la contienda. Desde su puesto, plantea un procedimiento de oposición indirecto a las maniobras ofensivas del contrario que denomina contragolpe estratégico. Consistía en lanzar una acción ofensiva potente con un objetivo claramente señalado sobre una zona importante del dispositivo enemigo de defensa con la idea de obligar a éste a abandonar la acción ofensiva emprendida en otro frente para llevar a la zona atacada las fuerzas empeñadas en aquel avance. Rojo intentará repetir la maniobra en varias ocasiones (Brunete y Belchite) sin conseguir, en ningún caso, que Franco trasladase un número de fuerzas tan relevante como para impedirle sus victorias decisivas en otros frentes (Santander y Asturias). Y cuando, finalmente, el Generalísimo acude a la confrontación en el Ebro, el resultado será un verdadero desastre para el Ejército Popular (julio-noviembre de 1938).
Levas forzosas para cubrir los efectivos del "Ejército Popular ("ABC", Madrid, 3-junio-1937) Fuente: "La dominación roja en España"
Levas forzosas para cubrir los efectivos del "Ejército Popular ("ABC", Madrid, 3-junio-1937) Fuente: "La dominación roja en España"

Párrafo aparte merece lo ocurrido con anterioridad a la Batalla del Ebro en el escenario aragonés, lugar predilecto para las estrategias favorecidas por el Partido Comunista. Paradójicamente, sera aquí donde Franco obtenga la más absoluta superioridad sobre los planteamientos de Rojo, al pasar inmediatamente a la contraofensiva. Mientras Rojo creía definitivamente cancelada la batalla con la conquista de los reductos turolenses en enero de 1938, Franco decidió aprovechar la superioridad real de que gozaba para hundir las pretensiones de la propaganda enemiga en el propio escenario de Teruel. Y el general Rojo, que había sido el indudable artífice de la parcial victoria en la primera fase de la batalla (con la ocupación de la capital) se convertía muy poco después en el responsable de la estrepitosa derrota final, por mantener sus planes al margen de la realidad de la guerra que Franco mantenía en torno a Teruel. Al parecer, tan “agudo estratega” no había previsto que si se empeñaba en que Franco concentrara su masa de maniobra en Aragón, éste aprovechase para organizar una gran ofensiva en el valle del Ebro después de la reconquista de Teruel.

El eclipse final de Rojo no se debe únicamente a su temprano exilio en Francia. Tras la derrota del Ebro su figura comenzó a declinar y algunos sectores pusieron en duda su capacidad profesional y lealtad a la República.
«Cuando el 23 de diciembre de 1938 se inició la ruptura del frente de Cataluña, Franco se adelantaba a la maniobra de Vicente Rojo consistente en un desembarco en Motril y en una ofensiva del General Escobar desde Extremadura. En Cataluña se inició una rápida desbandada y cuando el Ejército Popular atacó en el Sur, el Generalísimo pudo disponer de las reservas suficientes para neutralizar el ataque. El 26 de enero de 1939, Azaña y el jefe de Gobierno, Negrín, se entrevistan con Rojo en el castillo de Perelada. El informe que da el jefe de Estado Mayor no puede ser más objetivo: la guerra se ha perdido irremediablemente. Aunque la zona Centro se conserva, no existen posibilidades de defensa al faltar industria pesada, alimentos, material bélico, hombres, ilusiones... Rojo sugiere a Negrín la rendición para ahorrar vidas. Negrín se niega. Sin embargo, cuando el General visita a Azaña en la embajada de España en París, afirma todo lo contrario: la guerra debe continuar, puesto que en el Centro existen posibilidades todavía. Azaña dimite. Rojo se indigna y parece dispuesto a incorporarse en su puesto en Madrid. Pero finalmente decide quedarse en Francia, posiblemente hasta esperar al desenlace de la sublevación anticomunista que preparaba Casado».
En las anteriores líneas de la recensión biográfica que estamos comentando, quedan bien reflejados los contactos entre Rojo y Negrín y su posición ante la iniciativa de Casado. Pero no parece lícito distorsionar la actividad de Rojo desde su exilio francés, cuando buscaba inútilmente a Negrín esperando pedirle protección para los miles de combatientes internados por el Gobierno galo en campos de concentración o pretendía ponerse en contacto con Miaja y Matallana sin que le hicieran el menor caso (Cfr. Vicente ROJO, Alerta los pueblos, Barcelona, Ariel, 1974; pág. 179).

El hecho, irrebatible, es que Rojo no aceleró precisamente su regreso a la zona roja desde Francia aunque, efectivamente, el golpe de Casado y el final del conflicto, no permitan dar mayor verosimilitud a cualquier elucubración sobre cuáles eran sus verdaderas intenciones. Lo que no es hipótesis es la postura de Rojo ante las negociaciones con Franco para poner fin a la guerra: en su carta a Negrín de febrero de 1939 le pide su apoyo para las previstas negociaciones que van a emprender los generales Miaja y Matallana y en la enviada a estos dos últimos, aconseja que «caso de no ceder los políticos a lo que se les pedía, sin ningún escrúpulo y por el bien de España se les fusilara». Todo un "moderado"… que, eso sí, decide quedarse en Francia consciente como resguardo ante la inconsistente postura de Negrín (cfr. Ricardo de la CIERVA, La victoria y el caos. Madridejos: Editorial Fénix, 1999, págs, 290-291 y 669).

En sus posteriores reflexiones sobre el conflicto, el propio Vicente Rojo reconoció que, en el terreno militar, Franco triunfó porque lo exigía la ciencia militar y el arte de la guerra; y que sus enemigos se vieron privados de los medios materiales indispensables para el sostenimiento de la lucha no por carecer de ellos, sino debido a interferencias políticas, incompetencia e imprevisión y porque la dirección técnica de la guerra en el ejército republicano era defectuosa en todo el escalonamiento del mando. En el terreno político, Franco venció porque la República no se había fijado un fin político, propio de un pueblo dueño de sus destinos o que aspiraba a serlo; porque el gobierno republicano fue impotente por las influencias sobre él ejercidas para desarrollar una acción verdaderamente rectora de las actividades del país; porque los errores diplomáticos de la República le dieron el triunfo al adversario mucho antes que pudiera producirse la derrota militar. En el orden social y humano Franco habría triunfado (siempre según el propio Rojo) porque logró la superioridad moral en el exterior y en el interior y porque supo asegurar una cooperación internacional permanente y pródiga (Cfr. Vicente ROJO, ob. cit., págs.185-194).

El 16 de junio de 1966, ABC, el diario monárquico antaño incautado por el Frente Popular a cuyo servicio puso su carrera militar Vicente Rojo publicaba una esquela insertada por sus familiares en la que se daba cuenta de su fallecimiento el día anterior (pág. 142). Aquella tarde, Vicente Rojo era enterrado en Madrid: «había como doscientas o trescientas personas esperando. Se veían algunos coches oficiales, dos de ellos del Ejército. Había una mayoría de hombres maduros... Estábamos también... algunos falangistas que rendían su último tributo a un hombre que se equivocó, pero que lo hizo a la española... salió, llevado a hombros de familiares y amigos, posiblemente también de viejos subordinados, un ataúd. Dentro iba... el comandante Vicente Rojo, general jefe del Estado Mayor del Ejército popular en los años de nuestra guerra» (Rafael GARCÍA SERRANO, La Nueva España, Oviedo, 17-junio-1966, pág. 28).

La prensa publicada en España en vida de Franco calificaba a Vicente Rojo como «el jefe militar más brillante del ejército republicano durante la guerra civil». Setenta y cinco años después, hay personas y medios de comunicación empeñados en utilizar su nombre para seguir dividiendo a los españoles. Es lo que tiene ser un nostálgico de la ideología totalitaria que, irrevocablemente, fue derrotada el 1 de abril de 1939. Otros preferimos hacer nuestras las palabras de García Serrano en la ocasión antes citada: «Descanse en paz... este general cuyo nombre está vinculado perpetuamente a nuestra guerra. Digo nuestra guerra, la de unos y otros, la que se hizo pensando en una España mejor para todos los hombres de buena voluntad que en ella participaron».

Ángel David Martín Rubio